Fue gimnasta durante 10 años antes de dedicarse al levantamiento de pesas. A tan solo 21 años ya es triple campeona mundial juvenil y sueña con los Juegos Olímpicos de Paris.
En el gimnasio de levantamiento de pesas de Fedeguayas Bella está en su casa. Cada día entrena 5 horas y lo disfruta como si fuera una competencia diaria. Saludamos y empezamos la entrevista. Entre los ruidos de las pesas cayéndose al suelo de repente se suma la voz fuerte de la nativa de Babahoyo. Bella es elocuente y generosa con los detalles de su vida, se ríe mucho, habla con las manos y siempre tiene presente a sus papás y hermanita que visita cada fin de semana.
Para la pesista todo empezó a los 3 años cuando dejó el “Recinto Montañita” cerca de Babahoyo para viajar a Guayaquil. “Cogí mi mochilita de Winnie Pooh con un short y una blusa y fui a la casa de mi tía Marlene sin saber que nunca iba a regresar. Mi tía vivía con sus dos hijos y mis primos, todos estudiaban y hacían deporte”, recuerda la adolescente que se inició en la gimnasia artística siguiendo los consejos de su tía que hasta la fecha sigue entrenando a niños gimnastas.
Bella fue una excelente deportista -se consagró campeona nacional, sudamericana y panamericana- pero sufría complicaciones al momento de entrenar. “Tenía mucha piernas y glúteos, era ancha y ponía mi cuerpo al límite. Después de 10 años de competencia tuve un esguince crónico en el tobillo y tuve que dejar la gimnasia”, explica. “Me propusieron ser pesista, lo intenté y odiaba este deporte. Le dije a mis papás que no quería y recuerdo las palabras de mi mami: ‘Usted es muy pequeña para entenderlo pero le voy a decir algo que comprenderá luego. Nosotros somos pobres y nos tenemos que adaptar, no podemos decir a mí me gusta o no me gusta. Me dijeron que tenías talento para las pesas y no se desperdicia el talento’”.
Bella empezó a entrenar, a los tres meses compitió en un torneo local y terminó séptima, tres meses más y ganaba oro en los Juegos Nacionales. “Levanté 65 kilos de arranque y 75 de envión. Cuando recibí la medalla sonreí y pensé ´eso me empieza a gustar!´”.
A partir del año 2015 Bella empezó a trazar un camino de excelencia en el levantamiento de pesas. Entre los eventos que más recuerda están el Mundial Prejuvenil en Las Vegas en 2019 donde obtuvo tres medallas de bronce, el oro en los Panamericanos Junior de Cali 2021 y el Mundial Juvenil 2022 de Heraklion, Grecia que la coronó con tres medallas de oro en la categoría de los 76 kilogramos.
“Este resultado se dio después de una buena preparación con mi entrenador Modesto Sánchez. El año anterior había ganado dos medallas de plata y una de bronce durante el Mundial en Uzbekistán y siempre voy por más”, relata la atleta de 21 años.
Bella es una joven feliz y realizada. Después de graduarse en el colegio de Fedeguayas obtuvo una beca para estudiar derecho en la Universidad técnica particular de Loja (UTPL), va por el cuarto semestre y tiene buenas calificaciones. Ya no vive en la casa de su tía sino en las instalaciones de Fedeguayas. Es viernes y en pocas horas viajará al pueblito de Montañita para compartir con su familia hasta el domingo. “Mi casa era de caña y palos ahora es de cemento y tenemos candado en la puerta”, cuenta la hija de Bella Herlinda y Edgar Yoved que ya puede ayudar económicamente al hogar. “Mis papás se dedican a la agricultura, tienen una tierrita y cultivan el cacao”, añade.
A Bella le gusta hablar de su familia. “Soy extrovertida, apasionada, cursi... como mis padres. Mi madre es muy expresiva y gritona (se ríe), mi padre detallista y sentimental. No dejan que nadie se caiga...”, acota la campeona que sueña con Paris. “Tengo seis competencias obligatorias para sumar puntos y lograr la clasificación a los juegos olímpicos. Voy a trabajar la técnica y potenciar el arranque que es mi fortaleza”, asevera.
¿Qué sentiste cuando Neisi ganó la medalla de oro en Tokio? le pregunto. “Un respeto y una alegría infinita. Compartí con ella, también con Angie (su hermana) y Tamará Salazar en algunas competencias. Son campeonas en su actitud y determinación. Recuerdo que en el Mundial Angie me maquilló, era mi primera vez. Me sentí linda y ganadora. Ahora cuando llegamos a un campeonato la gente dice: “¡Llegan las ecuatorianas, son fuertes!”
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