El mantenimiento de los platos de ducha de resina es muy sencillo y rápido de hacer.
Para tener una casa bien cuidada hay que saber cómo tratar cada uno de los materiales que la forman, aprender a cuidarlos mediante un mantenimiento adecuado y emplear algunos trucos de limpieza general. Esta siempre debe ser respetuosa con dichos materiales para que duren el máximo tiempo posible en perfectas condiciones. En lo que se refiere a los platos de ducha, hay varias posibilidades entre las que elegir, como la piedra, el granito o el mármol, pero una de las más prácticas es la resina.
Las principales ventajas de los platos de ducha de resina es que se trata de superficies muy resistentes y antideslizantes, de ahí su popularidad. Además, pueden presentar todo tipo de formas, grosores y colores. Y son agradables a la pisada, recuerdan a una textura de piedra natural. Pero para procurar que se mantengan como el primer día hay que aplicar ciertos cuidados y productos específicos cuando toque la limpieza del baño. Así como tener en cuenta cuáles serán los elementos que han de evitarse para que no se estropee.
Durante el día a día, el mantenimiento de un plato de resina es muy sencillo, basta con pasarle un trapo húmedo con agua y jabón neutro, no hace falta más. Sin embargo, si se requiere de una limpieza en mayor profundidad, puede dejarse actuar el jabón o recurrir a un descalcificador específico en el caso de que haya acumulación de cal. Esto es aconsejable cada veinte días o al menos una vez al mes, para evitar la aparición de manchas. A continuación, se frotará con el paño y aclarará con abundante agua.
La limpieza de los platos de ducha de resina es simple, lo más importante que hay que tener en cuenta es que muchos productos no son recomendados para este material. Por ejemplo, no se pueden usar lejía ni amoníaco, el jabón anteriormente mencionado será la mejor opción. De lo contrario, la superficie podría decolorarse. En este sentido también se debe tener cuidado con los restos que puedan dejar los tintes de pelo, ya que habrá que limpiarlos al momento para que no impregnen el plato de ducha.
En cuanto a los útiles de limpieza, conviene descartar todo los que pueda ser abrasivo. Es decir, estropajos rugosos o ásperos y cepillos con cerdas duras quedan totalmente desaconsejados, puesto que estropearán la superficie al arañarla. Lo mejor es recurrir a las esponjas suaves y los paños de algodón o trapos, que serán mucho más gentiles y cuidados con la resina.
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