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"Cuando tenía 15 años tuve problemas con tendinitis en la rodilla y no podía jugar mucho o explotar mi velocidad. Así que empecé a entrenar en el gimnasio".
Adama Traoré es uno de los futbolistas que puede presumir de tener los mayores bíceps en el césped. El futbolista español del Wolverhampton dispone actualmente de una fuerza física y potencia que están por encima de sus rivales. Sin embargo, no siempre fue así a juzgar por la transformación física que ha llevado al atacante nacido en Hospitalet de Llobregat a ser un portento deportista de 26 años.
Cuando se le pregunta a Adama Traoré por su evidente cambio físico y por su espectacular tren inferior siempre sorprende más por lo que no incluye en sus entrenamientos que por sus ejercicios específicos. "Trabajo en el gimnasio con un entrenador personal, pero no levanto peso", ha señalado sobre la ausencia de mancuernas, barras y otras herramientas en su rutina diaria.
Según el futbolista que ha disputado ya ocho partidos con la selección española absoluta, la clave está en la herencia de sus antecedentes familiares de Mali. "Mi genética es así y mis músculos crecen muy rápido", ha afirmado para explicar la transformación que se puede observar desde sus imágenes como joven jugador del Barcelona hasta sus fotografías más recientes.
En el gimnasio, la prevención para evitar lesiones es su objetivo principal, aunque lo de ganar músculo se ha conseguido con sesiones personalizadas. "Hago mucho core. El secreto es conocer tu cuerpo y adaptarte a a tus condiciones físicas", ha explicado en una entrevista en el diario As sobre la preparación con la que ha querido potenciar su arranque en velocidad y sus posibilidades para el juego al choque de la Premier League.
No obstante, la dieta también es fundamental para el deportista catalán. "He ganado músculo con entrenamiento, descanso y comida. La alimentación es esencial y lo considero parte del entrenamiento", ha insistido.
Para beber no hay secretos. "El agua, aunque no beba mucho durante los partidos, es vital. Mantener el cuerpo hidratado es esencial para un deportista", ha detallado.
En cambio, para sus platos consigue una mezcla apetitosa y saludable gracias a sus las dos culturas con las que se ha criado. "Intento variar la cantidad y contenido de los platos con una dieta equilibrada y sana. Puedo comerme un plato pequeño de paella y también un plato típico de Mali con crema de cacahuete y arroz salvaje. También, como todos los deportistas, incluyo la pasta", revela.
Eso sí, para la alimentación hay una persona clave más allá de los nutricionistas del club y su entrenador personal. "Todo lo hace mi madre, que es la mejor cocinera del mundo", ha confesado finalmente.